En 2012 una artista independiente salida de Boston y conocida sólo en algunos circuitos alternativos logra lo impensable: Recaudar 1 millón de dólares en una campaña para autofinanciar su nuevo álbum. Desde este momento, todos los medios se empezaron a preguntar de dónde había salido y cómo había alcanzado tan escandalosa cifra.